Afortunadamente, y gracias a la suerte y al enorme trabajo que vienen desarrollando Chano Saucedo y Raúl Coca con la plantilla, en este entrega podemos anunciar que el equipo está casi limpio de lesiones. Únicamente Diego Ramírez sigue convaleciente de la lesión que arrastra con alcance incierto.
Robles se incorporó el pasado viernes a los entrenamientos con el resto del equipo, después de la rotura en la porción larga del bíceps femoral que se produjo en el partido ante el Tomares. Ya en el entreno del lunes trabajó con toda normalidad, por lo que queda a expensas de Lupi para rendir al máximo nivel ante el Montilla C.F.

Imagen de las piernas vistas desde atrás, donde se puede ver la porción larga del bíceps femoral, que ha tenido afectado Robles.
Alberto Baizán tuvo que acudir el lunes al podólogo para que le extirparan la uña del dedo pulgar del pie derecho, ya que tenía un pequeño «piquito» que le hacía daño. Una afección sin importancia.

En lo que a Diego Ramírez se refiere, se van dando pasos adelante en su recuperación pero muy muy lentos e imprecisos. El jugador fue sometido el pasado lunes a una resonancia, en la que no se le diagnosticó ninguna lesión relevante. Los especialistas del Chiclana C.F. no están muy de acuerdo con dicho diagnóstico ya que el jugador sigue teniendo dolor en el empeine que le impide incluso entrenar y porque tras ver las imágenes se ve un pequeño edema óseo en el hueso escafoides del pie izquierdo. Se va a proceder a buscar una segunda opinión para comenzar con la recuperación más precisa lo antes posible.

Esperemos que el jugador pueda volver a jugar esta temporada. El día de su vuelta al césped lo hará con todos los honores. ¡Ánimo, capitán!